Badajoz, Fundación CB, 2021.
Edición agotada.
Reflexiones
Reflexiones taci(noc)turnas
La terrible pandemia de la COVID supuso un antes y un después para muchas personas en muchos aspectos de su vida.
Al autor y a su esposa les sorprendió el decreto de estado de alarma y el consiguiente confinamiento en su casa de campo. Así lo relata en una especie de prólogo que titula Por qué, cuándo, cómo y dónde.
Extractamos de «Por qué, cuándo, cómo y dónde»
…En ese contexto, gozando, como dije al comienzo, de una situación de aislamiento envidiable, de libertad para pasear y disfrutar de la naturaleza y de los paisajes irrepetibles que la primavera extremeña nos brinda, me sentí de alguna manera en la obligación de compartirlo. Así nacieron las Reflexiones taxi(noc)turnas.
Tal vez mi manera de ser y la situación que vivíamos me llevó a ello. Así que, a las fotografías (buenas, malas o regulares, pero auténticas y realizadas con dedicación y cariño en aquellos días) fui uniendo reflexiones que durante cuarenta noches(clásica cuarentena bíblica) colgaba en el chat del grupo. Reflexiones de todo tipo que mezclaban ( y tal vez reflejaban) lo taciturno del momento, la pesadumbre que nos invadía, la callada inquietud, el silencio expectante de las calles vacías, la melancolía, la tristeza, la angustia, pero también la esperanza y el amor como única y verdadera tabla de salvación. Reflexiones compartidas que nos llevaran a la duda, que nos hiciesen pensar, meditar, que nos abriesen puertas y ventanas donde pudiesen penetrar aires nuevos y nos surtieran de alas para buscar el humilde rincón , la oscura gruta donde, despojada de artificio, se halla la sabiduría. De ahí el título, porque, he de reconocerlo, la fotografía y reflexiones de cada noche, en su mayor parte, fueron enviadas a horas desacostumbradas para muchas personas que se tienen por normales en sus hábitos a la hora de irse a la cama. Es lo que tiene el vicio de la escritura, que manda y ordena en momentos y horarios distintos de los habituales…
El escritor y bibliógrafo Manuel Pecellín Lancharro reseñó la obra en “Trazos” del diario HOY ( ), hizo el honor de presentarla y suyas son las palabras de la contracubierta:
El coronavirus pudo imponernos la reclusión domiciliaria, pero no impedir que la primavera resultase en Extremadura tan esplendorosa como siempre. Al autor lo sorprendería en su casa del paraje de La Rabaza, territorio rayano, donde la naturaleza se expande con singular vigor. Desde allí, merced a la informática, supo combinar el aislamiento forzoso con el trato de los amigos. Cada noche les fue chateando las imágenes y pensamientos que se agavillan en la presente entrega. A las espléndidas fotografías de jaras, lavándulas, ababoles, carrascas, retamas, heliotropos y glicinas, atrapadas en plena floración se adjunta media docena de cápsulas diarias de aforismos, con recetas que saben a viejas fórmulas unas (Lao-Tsé, Confucio, Buda); contemporáneas, otras (Nietzsche, R. Gómez de la Serna, Ciorán, Canetti). Las hay de todo género, siempre en la relampagueante envoltura del género: filosóficas, didácticas, psicológicas, éticas, literarias… Deslumbran, sobre todas, el haz de greguerías, que el sobrino de Carolina Coronado no dudaría en suscribir.
Fragmentos del libro
<<Saber que una estrella que parpadea en la noche desapareció hace miles de años, es la demostración irrefutable de la necesidad de la poesía>>
<<Imagina cómo te gustaría que fuese el mundo dentro de mil años y actúa ahora en consecuencia>>
<<No te preguntes cuántas personas saben tu nombre. Pregúntate cuántas lo pronuncian con amor>>
<<No pierdas el tiempo pensando mal de ti mismo, ya se encargan otros de hacerlo>>
<<Recuerda que tu consuelo es importante en mi desgracia, pero mucho más importante es tu alegría sincera en mi fortuna>>
<<Se puede ser comprensivo con los errores hasta que se convierten en horrores>>
Cada vez que pronunciamos la palabra no, estamos diciendo sí a muchas cosas
Una buena manera de terminar el día es no alegrarse de que termine
Cuídate de quien te ofrezca mucho sin pedirte mucho
No te importe pensar que lo que escribes no sirve para nada. Dale a los demás la oportunidad para que también lo piensen…